En un viaje por carretera te puedes encontrar muchas cosas

Soy creyente de un concepto que he escuchado pocas veces: la fortuna. Creo que las cosas no suceden por un objetivo en específico y que somos los seres humanos quienes decidimos el significado de todo lo que hacemos.

En esta ocasión sucedió un viaje en el que la fortuna nos reunió a varias personas después de mucho tiempo. Felizmente las personas fuimos capaces de crear un bonito significado de ello.

Yo compartiré el significado que conseguí, porque un buen recuerdo debe ser documentado para quitarle el poder al olvido.

Las distracciones siempre están presentes

Vivir en la realidad puede ser una experiencia tan terrible que muchas personas prefieren vivir otra cosa: el placer de emborracharse, de reír sin razón, de hacer felices a otros y muchas otras cuestiones que no duran.

Todo lo que no sea vivir en la realidad es llamado distracción y sin importar lo atento que te sientas, creéme que te vas a distraer. Lo peor de todo es que si no recuerdas la última vez que estuviste distraído, es porque así has estado durante toda la vida.

En este viaje en el que pude reunirme con mis hermanos, Antonio Alexander y Anye, después de casi diez años, me di cuenta de las cosas que se pueden perder gracias a la distracción:

  • Saber de otras personas y que otras personas sepan de ti
  • Encontrar oportunidades donde creías que no habían
  • Apreciar el presente tal y como es

Como anécdota que da gracia, un día al despertar, a pesar de que mi hermana estaba acostada en un colchón al lado, estaba tapada desde los pies a la cabeza y creíamos que era otra persona. Salimos creyendo no saber dónde estaba, cuando realmente sí lo sabíamos.

Otra vez la distracción haciendo de las suyas.

Vivir en la realidad no se trata de soportar las cosas malas, se trata también de encontrar aquellas pizcas de satisfacción que sí durarán. Si el presente es malo, recuerda que la única constante es el cambio, y mientras tanto puedes apreciar lo bueno.

El lenguaje tiene más poder del que crees

Al despedirme de mis hermanos, no pude evitar botar lágrimas. Con tantas razones para hacerlo, mi corazón se encargó de que llorara únicamente en la despedida. ¿Por qué?

De muy pocos sueños me acuerdo, pero uno de ellos lo tuve cierto tiempo después de perder a Antonio Gámez, otro de mis hermanos. En ese sueño lo que hice fue abrazar a Antonio Alexander, tal como quería hacerlo con Antonio Gámez. Lo recuerdo como si lo hubiera soñado antes de despertar esta mañana.

Despedirme de personas que llamo hermano o hermana y abrazarlos, me hizo pensar en todos ellos como la misma persona. Algo que no hubiera sucedido si los llamara de otra forma, algo que sucedió gracias a una palabra y los recuerdos que se han construído con ella.

Usando el poder del lenguaje y las palabras podré recordar todo esto, pero lo más importante será hacer saber a mis conocidos sobre mí. No soy extrovertido ni muy abierto, pero tampoco soy el introvertido que queda con sus pensamientos para sí mismo.

La escritura en la comunicación es tan importante que me hizo capaz de expresar lo que con la oratoria sería muy difícil y expresar mi gratitud de este tipo de eventos.