3 razones de por qué el deporte es el octavo arte

Algunas veces me he preguntado qué dirían los extraterrestres si llegaran a la tierra y vieran un juego de fútbol. Cuando lo hago, pienso que podrían decir: “No entiendo a estos humanos. Son solo personas siguiendo a una pelota de un lado a otro y una multitud cantando y gritando como ridículos”.

Hace exactamente un año viví muchas emociones viendo un partido. Escribí un hilo en Twitter de este momento y quería saber ¿por qué el deporte es tan emocionante? Tengo varias teorias.

Si tú eres alguien que piensa igual que este extraterrestre ficticio, te invito a que conozcas tres razones de por qué el deporte es tan emocionante y lo considero un arte.

Es una historia que ocurre en vivo

¿Recuerdas aquella película que te deja con la atención totalmente dedicada a una pantalla? ¿Podrías decir por qué pasa esto? Puedo estar seguro que no conocías el final y, simplemente, querías saber cómo termina.

Lo mismo sucede con el deporte. Se desea que el final sea uno, pero no se conoce si realmente será como quieres, así que lo ves, lo ves… y lo ves sólo por la ilusión de que se cumpla ese final feliz.

Pero, a diferencia de una película, un partido, carrera o pelea se puede observar totalmente en vivo, en el momento en que está sucediendo. Es decir, absolutamente nadie conoce el final, nadie puede hacer spoilers y nadie puede predecir el resultado.

Lo que esto logra es que se produzca una sensación de fe y esperanza. Puedes rezar, puedes pedirle al cielo, puedes ser supersticioso, y si el resultado final es el que quieres, sentirás que influiste para que así sucediera.

¿A quién no le gusta sentir que influyó para que algo bueno suceda? Todos buscamos tener esta sensación muchas veces.

No hay héroes destinados a ganar

Si en alguna ocasión viste una película donde el malo gana, ¿sentiste que estaba incompleta? Depende de cómo se llega a este resultado, pero en la mayoría de las ocasiones pensarás que es necesario que el creador haga una segunda parte o que escriba un final diferente.

En un evento deportivo el espectador elige a su héroe y no hay quien escriba la historia para determinar la victoria. Todo queda en manos de tu héroe y de nadie más.

Aunque suene extraño, esto produce una sensación de incertidumbre que no se posee en ningún otro lado y eso es agradable.

Imagínate que suceda todo exactamente como quieres y que lo sepas desde antes que así sea. Puedo asegurar que pensarás en esto como algo aburrido.

Ahora, si ves que todo sucede como quieres pero no tenías ninguna seguridad de que así iba a ser, la sensación es mucho mejor. La victoria es dulce pero lo es mucho más cuando no está en tus manos sino hasta el último momento.

Siempre existirá revancha

Considero que esta última razón es la que más se asemeja a la vida misma. Caer y levantarse es una de las metáforas más utilizadas como filosofía para vivir. Sentir que se puede seguir intentando alcanzar un objetivo después de fracasar, es una de las formas más humanas de sentirse vivo.

No importa lo mal que le fue a tu equipo. No importa si perdió de la forma más cruel posible. No importa si sientes que esta fue la última oportunidad para ganar, siempre habrá oportunidad para ganar, siempre habrá revancha.

Cuando las cosas no pasan como deseas, la mejor sensación que puede suceder es salir de dicho momento fortalecido y con el optimismo de que en el futuro se cumplirá lo que quieres.

Y sí, lo sé, puede que le seas fiel a un equipo que nunca ha logrado lo que quieres, pero la sensación de esperanza siempre existe. Tan solo imagina cómo te sentirás cuando ese equipo termina ganando al fin. Nada más pensar en esto regala muchas emociones.

El deporte representa una expresión de ideas, emociones, percepciones y sensaciones, tanto para los que lo recrean como para los espectadores. Si a esto no se le puede considerar como arte, no sé qué puede serlo.


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