Sin rumbo pero con sentido

Mientras se escucha reggaeton antiguo, bebiendo champán y vino con par de amigos, uno de ellos pregunta: “¿Qué escuchamos después?” Y ella responde: “No sé. Vamos sin rumbo.” A lo que automáticamente respondo: “Sin rumbo pero con sentido”.

Esta situación dio gracia. Escuchar reggaeton y beber alcohol no es de las escenas más reflexivas que existan, y aún así salió una frase que es profunda y quizás por eso los tres nos echamos a reír a carcajadas.

Es interesante. Al principio no se entiende. ¿Cómo puedo ir sin rumbo pero con sentido al mismo tiempo?

En esta escena mi idea era que la siguiente canción, mientras siguiera siendo reggaeton viejo, podía ser cualquiera. Escuchar a Rocío Dúrcal después de La Factoría no tiene sentido en la mayoría de las ocasiones.

El sentido es reconocer uno de los tantos caminos que existen. El sentido es decidir abrir una de las tantas puertas que se abren. El sentido es saber que no puedes tomar más de una cosa al mismo tiempo y aprender a vivir con ello.

De esto se trata: no sabemos el destino final, pero sí que vamos con cierta dirección. No miramos atrás, tampoco corremos de un lado a otro, y simplemente caminamos.

Suerte y fortuna son muy necesarias para cumplir con esta idea. Al fin y al cabo, lo importante es disfrutar del viaje. Pero existen tantos que se pueden tomar, que es cuestión de suerte hacer aquel que te hace feliz.

Por eso es importante la prueba y error. La paciencia y la comprensión. La gratitud por lo bueno y la aceptación por lo que no se puede controlar.

Como conclusión: la vida no se trata de una planificación o de una improvisación, sino de una buena mezcla entre ambas. Así como dice Akapellah, la vida es un freestyle y los mejores freestaleros lanzan rimas con sentido, no a lo loco.